¿Amigos o enemigos?
El ser humano es el principal beneficiario de los recursos que provee el planeta para su subsistencia, pero su actividad ha generado un efecto no deseado en el proceso de degradación medioambiental, por la explotación excesiva de los recursos naturales, ocasionando la ruptura del equilibrio en el ecosistema
Esta devastación salvaje ha dejado de lado medidas que mitiguen estos efectos adversos en el ambiente, dándole prioridad a las actividades productivas, y dejando de lado las acciones para frenar el impacto humano en el mundo.
Los avances en la sociedad que aumentan la capacidad de supervivencia de los seres humanos, generan desafíos importantes para la humanidad en materia de sostenibilidad.
Asimismo, actividades como la agricultura y la ganadería, importantes para el sustento, producen efectos adversos, debido a prácticas que originan la desertificación y desertización de los suelos.
Los cambios en el ambiente se hacen cada vez más visibles, en la reducción de la biodiversidad y en las transformaciones del ecosistema, como ocurre en la extinción de las especies animales y vegetales, y en el desaprovechamiento de los recursos por su mala utilización.
La conservación del medio ambiente, no ha prevalecido sobre las actividades humanas que transforman el medio natural, con la industria y la producción de energía. El impacto de la contaminación atmosférica se ha visto acentuado de forma importante, trayendo como consecuencia el incremento de los niveles de CO2, y la destrucción de la capa de ozono.
La emisión de ciertos gases, influye de forma importante en el calentamiento global y en la destrucción de la capa de ozono.
Los problemas medioambientales generan consecuencias devastadoras no solo para el hombre sino también para su entornos naturales y sociales.
Es importante que las personas adquieran conciencia sobre las repercusiones de sus acciones en el ambiente para poder hacer frente a la emergencia climática y generar soluciones a estos problemas.
El aumento demográfico apremia soluciones importantes en algunos sectores de la población, que no presentan un uso debido de los recursos.
Ocurre que cada vez más personas, desaprovechan y usan de forma desmedida, los recursos naturales como el agua, las materias primas y la energía sin considerar que sus acciones pueden incidir de forma considerable.
Si los humanos desde el punto de vista individual y colectivo no cambian su forma de relacionarse con su entorno natural, posiblemente impacten negativamente en el medio ambiente.
Resiliencia climática
Diversas organizaciones internacionales y la comunidad internacional han diversificado sus esfuerzos para impulsar políticas de adaptación y mitigación al cambio climático que nos ayudan a minimizar los efectos de este fenómeno; con consecuencias en diferentes partes del planeta.
En la medida en la que las estrategias de mitigación no alcancen los objetivos de contención de emisiones, la resiliencia climática será clave para paliar los impactos del cambio climático y hacer compatible nuestra supervivencia y la de todos los seres vivos del planeta.
La incidencia del ser humano puede ser positiva en la medida que este decida reducir su huella y aportar soluciones efectivas para hacer frente a la crisis climática.
En cambio sí aportamos soluciones y cuidamos nuestros entornos podemos contribuir a un mundo menos afectado por la humanidad.
La diferencia entre las estrategias de mitigación y adaptación es que las primeras están encaminadas a combatir la causa y minimizar los posibles impactos, mientras las segundas analizan cómo reducir las consecuencias negativas del cambio climático y se basa en aprovechar las oportunidades que se puedan originar.
Para lograr los objetivos de sostenibilidad ambiental debemos considerar ciertas medidas destinadas a combatir el cambio climático:
- Utilizar la tecnología de manera apropiada y respetuosa con el medioambiente.
- Sanear y manejar los desperdicios con responsabilidad y limpiar las zonas con residuos contaminantes.
- Deshacerse de los desechos mediante el reciclaje, la reutilización y la reducción.
- Incrementar la diversidad en el medio ambiente para sobrevivir a las condiciones cambiantes.
- Reforestar los entornos naturales como: bosques, lagos, humedales, etc.
- Mejorar los procesos industriales para eliminar residuos contaminantes y procurar un consumo de energía responsable.
- Preservar los recursos del planeta usando menos y de forma más efectiva.
Autora: Romina Bottini